El porsche rojo.

Se siente bien
ser llevado en un porsche
rojo
por una mujer con
mejores lecturas que
yo.

se siente bien
ser llevado en un porsche
rojo
por una mujer que puede explicarme
cosas acerca
de la música
clásica.

se siente bien
ser llevado en un porsche
rojo
por una mujer que compra
cosas para mi refrigerador
y mi
cocina:
cerezas, ciruelas, lechuga, apio,
cebollas,
huevos, bollos, ajíes,
azúcar rubia,
condimentos italianos, orégano,
vinagre blanco, aceite de oliva
y rábanos
rojos.

me gusta ser llevado
en un porsche rojo
mientras fumo cigarrillos con
una tranquilidad apacible.

Soy afortunado. Siempre lo
he sido:
aún cuando estaba muriendo de hambre
las bandas tocaban para mi.
el porsche y ella
son muy agradables.
Y he aprendido a sentirme bien cuando
me siento bien.

es mejor ser llevado en un
porsche rojo
que tener
uno. la suerte del tonto es
sagrada.

Charles Bukowski.

África, París, Grecia.

Ahí están estas dos mujeres
que conozco, son bastante
parecidas

casi los mismos años
de buenas
lecturas
literarias

una vez dormí con ambas
pero eso fue todo

somos amigos

han estado en África
París
Grecia

aquí y allá

cogiendo con hombres famosos
una vive ahora con un
millonario
a unas millas
de aquí
desayunan y
cenan juntos,
ella alimenta a su pez a sus gatos y
a su perro
cuando se emborracha
suele llamarme

la otra vive momentos
más difíciles,
sola en un pequeño departamento en
Venecia (Calif.)
escuchando los tambores del
bongo

parece que los hombres famosos quieren
mujeres jóvenes

una joven es más fácil de
dejar:
tiene más lugares
adonde ir

es difícil para una mujer que
alguna vez fue hermosa
envejecer

tienen que volverse más
inteligentes (si quieren retener
a sus hombres) y hacer
más cosas
dentro y fuera
de la cama

estas dos mujeres que conozco
son buenas
dentro y fuera
de la cama

y son inteligentes
bastante inteligentes como para saber
que no pueden venir a verme

y quedarse
más de una
o dos horas,
y tan parecidas son

y sé
que si leen este poema
lo
entenderán
tan bien como
entienden
a
Rimbaud o Rilke

o Keats

mientras tanto he conocido
a una joven rubia
del distrito de Fairfax
ella observa mis pinturas
en las paredes
y yo le froto las plantas de
los pies.

Charles Bukowski.

Verdad.

Una de las mejores líneas de Lorca
es,
"agonía, siempre
agonía…"
piensa en esto cuando
mates una
cucaracha o
recojas un hoja para
afeitarte
despertando en la mañana
para
enfrentar el
sol.

Charles Bukowski.

¿Bebe?

Deshecho, anclado, he sacado de nuevo
la vieja libreta amarilla
escribo desde la cama
como hice el año
pasado.

iré al médico
el lunes.

~sí, doctor, las piernas flojas, vértigo,
dolor de cabeza y dolor
de espalda.~

~¿bebe?~ me preguntará.
~¿hace los ejercicios,
toma las vitaminas?~

creo que simplemente estoy enfermo
de la vida, siempre los mismos
factores fluctuantes
rancios.

incluso en el hipódromo
veo correr los caballos
y me parece
que no tiene sentido.

me voy enseguida después de apostar
a las carreras que quedan.

~se marcha~, me pregunta el
empleado.

~sí, está aburrido~,
le contesto.

~pues si cree que es aburrido,
lo de ahí fuera~ me dice,
~imagínese aquí dentro.~

así que aquí estoy
apoyado de nuevo en
las almohadas.

nada más que un viejo
nada más que un viejo escritor
con una libreta
amarilla.

algo se
acerca por el
suelo
hacia
mí.

¡ah! no es más que
mi gato

por
esta
vez.

Charles Bukowski.

Un poema es una ciudad.

Un poema es una ciudad llena de calles y cloacas,
llena de santos, héroes, pordioseros, locos,
llena de banalidad y embriaguez,
llena de lluvia y truenos y periodos
de ahogo, un poema es una ciudad en guerra,
un poema es una ciudad preguntando por qué a un reloj,
un poema es una ciudad ardiendo,
un poema es una ciudad bajo las armas
sus barberías llenas de borrachos cínicos,
un poema es una ciudad donde Dios cabalga desnudo
por las calles como Lady Godiva,
donde los perros ladran en la noche y persiguen
la bandera; un poema es una ciudad de poetas,
muchos de ellos muy similares
y envidiosos y amargados...
un poema es esta ciudad ahora,
a 50 millas de ninguna parte
a las 9:09 de la mañana,
el sabor a licor y cigarrillos,
sin policía, sin amantes, caminando en las calles,
este poema, esta ciudad, cerrando sus puertas,
fortificada, casi vacía,
enlutada sin lágrimas, envejecida sin pena,
las montañas rocosas,
el océano como una llama de lavanda,
una luna carente de grandeza,
una leve música de ventanas rotas...

un poema es una ciudad, un poema es una nación,
un poema es el mundo...
y ahora pongo esto bajo el cristal
para el loco escrutinio del editor
y la noche está en cualquier lado
y lánguidas damas grises se alinean
el perro sigue al perro al estuario
las trompetas anuncian los patíbulos
mientras los hombrecillos deliran sobre cosas
que no pueden hacer.

Charles Bukowski.

Armando Guerrero, Oaxaca, México.