Disonancia

Los insectos atareados,
los caballos color de sol,
los burros color nube,
las nubes, rocas enormes que no pesan,
los montes como cielos desplomados,
la manada de árboles bebiendo en el arroyo,
todos están ahí, dichosos en su estar,
frente a nosotros que no estamos,
comidos por la rabia, por el odio,
por el amor comidos, por la muerte.


Octavio Paz.

Mi destino

Como el zorro
huyo con los perseguidos
y si no soy
el hombre más felíz
de la tierra
soy seguro el
hombre más afortunado
vivo.

Charles Bukowski.

Apuntes de fuego

Durante los meses tristes, centelleó mi vida sólo cuando hice el amor contigo.
Como la luciérnaga se enciende y se apaga, se enciende y se apaga- a medias
puede uno seguir su camino
en la noche oscura del olivar.
Durante los meses tristes, estaba el alma desesperada y sin vida
pero el cuerpo caminó directo hacia ti.
El cielo de la noche rugió.
Sigilosamente ordeñábamos cosmos y sobrevivimos.


Tomas Tranströmer.

Aquí.

No sé cómo será en otras partes
pero aquí en la Tierra hay bastante de todo.
Aquí se fabrican sillas y tristezas,
tijeras, violines, ternura, transistores,
diques, bromas, tazas.

Puede que en otro sitio haya más de todo,
pero por algún motivo no hay pinturas,
cinescopios, empanadillas, pañuelos para las lágrimas.

Aquí hay un sinfín de lugares con sus alrededores.
Algunos te pueden gustar especialmente,
puedes llamarlos a tu manera,
y librarlos del mal.

Puede que en otro sitio haya lugares así,
aunque nadie los encuentra bonitos.

Quizá como en ningún sitio, o en pocos sitios,
aquí tengas un torso separado
y con él los instrumentos necesarios
para añadir los propios a los niños de otros.
Y además brazos, piernas y una cabeza sorprendida.

La ignorancia tiene aquí mucho trabajo,
todo el día cuenta, compara, mide,
saca de ello conclusiones y raíces cuadradas.

Ya, ya sé lo que estás pensando.
Aquí no hay nada duradero,
porque desde siempre hasta siempre está en manos de
                                                              [los elementos.
Pero date cuenta: los elementos se cansan rápido
y a veces tienen que descansar mucho
hasta la próxima vez.

Y sé qué más estás pensando.
Guerras, guerras, guerras.
Pero incluso entre las guerras a veces hay pausas.
Firmes - la gente es mala.
Descansen - la gente es buena.
A la voz de firmes se produce la devastación.
A la voz de descansen se construyen casas sin descanso
y rápidamente se habitan.

La vida en la tierra sale bastante barata.
Por los sueños, por ejemplo, no se paga ni un céntimo.
Por las ilusiones, sólo cuando se pierden.
por poseer un cuerpo, se paga con el cuerpo.

Y por si eso fuera poco,
giras sin billete en un carrusel de planetas
y junto a éste, de gorra, en un torbellino de galaxias,
en unos tiempos tan vertiginosos
que nada aquí en la tierra llega ni siquiera a moverse.

Porque mira bien:
la mesa está donde estaba,
en la mesa una carta, colocada como estaba,
a través de la ventana un soplo solamente de aire,
y en las paredes ninguna terrorífica fisura
por la que el viento se te lleva a ninguna parte.


Wislawa Szymborska.

Pesas.

A todos nos pasa, tenemos épocas
en las que decidimos desafiar ferozmente a todos y a
todo.
primero decidimos ponernos en forma.
empezamos a levantar pesas otra vez,
los músculos lacios responden a regañadientes.
luego volvemos a
merodear por los antros
más duros,
sentados tranquilamente, a la espera de que
surjan problemas, desafiando a los
problemas a que asomen la cara
hasta que por fin llegan encarnados en algún mugriento
borracho
rastrero
con puños de martillo.
surge un
malentendido
y afuera que vamos,
puño contra hueso,
encajamos lo que venga,
lanzamos puñetazos desde el
hombro,
gruñimos,
cogemos aire a bocanadas,
esquivamos golpes a manotazos,
los pies bien plantados,
el gentío borracho y alborotado
jadea a la espera
de que alguno fallezca,
el que sea.

sopesas a los tipos con puños de martillo
uno a uno
algunos te parecen
deficientes pero,
por suerte, no
todos.

a las mujeres de mala vida les encantan
los tipos que
pelean.
y ahora se descuelgan
hasta tu habitación
en penumbra,
excitadas por tu
estúpido
valor
pero no tardarán
en empezar a
sorberte la
independencia;
con paciencia,
con maña,
intentarán reclamarte
permanentemente como algo de su propiedad
haciendo que,
en comparación,
esos borrachos con puños de martillo
empalidezcan y
resulten
inofensivos.

entonces, una noche,
estás sentado
en tu habitación de un hotel
barato
con
quien sea
y ella habla de su
desdichada infancia o de
aquella vez que
cruzó sola haciendo autostop
el indómito Amazonas
y te alcanza como una
patada en la tripa:

¿Qué estoy haciendo conmigo
y por qué?

y dejas de levantar
pesas y
la dejas o mejor
aún, dejas que te
deje.
luego dejas tus planes desacertados.

dejas lo de ponerte
a prueba;
ponerte a prueba
resulta no tener mayor
importancia.
no es más que
la vanidad, que atiborra
su propia masa
abotargada.

retrocedes,
te reagrupas.

es sencillo.

un mes despúes, en algún
lugar público,
un bruto con pinta de palurdo*
te clava el codo, te empuja
un poco.
tiene prisa por
algo y
tú te has cruzado un tanto
en su camino.
le miras a los
ojos.
-perdona, tío -le
dices-. ¿todo bien?
se queda perplejo, no
lo entiende en
absoluto.

bien.

un hombre tiene que dar la vuelta completa,
volver por fin adonde
estaba.

a veces hace falta una
temporada.
otras veces, quizá, le resulta
imposible.

pero desde que
por fin lo he logrado,
me he vuelto razonable y cuerdo de nuevo,
las mujeres se han vuelto
más hermosas y las
habitaciones más grandes y luminosas,
no es que fuera buscando lo
uno ni lo otro
pero, al cabo, me han
encontrado.

como es natural, sigo levantando
pesas muy de
vez
en cuando;
las viejas costumbres suelen
tardar tanto en morir
como los
hombres viejos.


Charles Bukowski

*Palurdo.
(Del fr. balourd).
 Dicho por lo común de la gente del campo y de las aldeas: Tosca, grosera. U. t. c. s.

Murió un 9 de abril de 1553.

En la cama con gripe leyendo a Rabelais
mientras el gato ronca
el inodoro
sisea
y me arden los ojos.

dejo a Rabelais
y parpadeo.
es lo que hacen entre sí
todos
los escritores.

lo sustituyo
por una
cápsula
de vitamina C.

si tan sólo pudieramos tragarnos
la muerte
de la misma manera (creo que
podemos)
o que la muerte nos tragara
de esa manera (creo que
puede).

la vida no es lo que
creemos que
es, sólo es lo que nos
imaginamos que
es
y para nosotros
lo que imaginamos
acaba siendo
principalmente eso.

me imagino
librado de esta
gripe.

me veo recorriendo las
aceras de nuevo entre
los tiburones
de este mundo...

mientras tanto, el gato, como la mayoría
de las demás cosas, se
acerca empujando.
lo aparto con cuidaddo,
pensando: Rabelais
tú sí que fuiste
grande.

después me tumbo mientras el techo
me observa y
espera.

Charles Bukowski.

Retorno.

Surgiendo del alquitrán y de la oscuridad
y de los obstáculos indecibles,
levantándote de nuevo igual que un extravagante
Lázaro,*
la fuerza de tu suerte
te deja pasmado.
en algún lugar y por alguna razón posees una dosis
extra de durabilidad.
acéptala.
la aceptas. la aceptas.
ves en el espejo
del cuarto de baño
una sonrisa de idiota.
conoces la suerte.
alguna se pierde y nunca más aparece.
algo está portándose bien contigo.
le das la espalda al espejo y regresas y entras en el
mundo.
encuentras una silla, te sientas, enciendes un puro.
de regreso de miles de guerras
observas desde una ventana abierta la
noche.
suena Sibelius en tu radio.
nada se ha destruido.
echas el humo a la noche negra,
te frotas detrás de la oreja izquierda con un
dedo.
cariño, ahora mismo lo tienes
todo.


Charles Bukowski.

*Lázaro de Betania, amigo de Jesucristo, que éste resucita tras llegar tarde a su entierro.

Gracias por la suerte.

Actualmente
ya no tengo que trabajar
en clubes nocturnos, ni en universidades,
ni en librerías
ya no tengo que explicarle al estudiante de primer
curso de inglés en la U. de Nebraska (Omaha)
a las 11 de la mañana, sentado
en un escritorio amarillo elevado
por qué lo hice
cómo lo hice
y qué deberían hacer esos alumnos para que
lo hagan
por sí mismos.

no me molestan los vuelos de vuelta
con hombres de negocios
todos bebiendo dobles
y mirando fuera más allá del ala
intentando relajarnos
agradecidos por no estar en los barrios bajos
sabiendo que teníamos ciertas aptitudes
(tan lejanas)
que nos han salvado de eso.

tendría que hacerlo de nuevo. pero
ahora mismo estoy en el lugar al que pertenezco
volando por encima de mi propio Gran Cañón
a la hora prevista
sin cinturón de seguridad
sin azafata
sin equipaje perdido.


Charles Bukowski.

Mi amiga.

Cuando de pronto cobro infinita consciencia
de la cárcel de la vida
en donde los días transcurren lentos veloces los años
y repentinamente no puedo ya sentir otro deseo que el de
emborracharme a muerte quitarme de en medio

ella siempre asoma por mi teléfono mis habitaciones
me saca de paseo pronuncia las palabras mágicas
me doma con cigarrillos y decreta una hora límite en la que
inconmovible a mi refunfuñar -solo una copa más pido y me es negada-
me manda a dormir cuidando de que no me haga demasiado daño.

Ella es mi psicoanalista mi guía mi sabia mi filántropa mi musa
mi proveedora de Marlboro light vino rosado atisbos de paz
y cuando escucho sus tacones subir la escalera
y su hola retumba por todo el pasillo
de pronto ya no cabe la menor duda:
todo va a ir bien.

Margarita este poema es para ti
y tampoco se como terminarlo.


Sergi Puertas.

Así soy (YK2 Sinking Leadweight of Failure Mix -210 bpm)

Positivo
como la prueba de embarazo
del bebé no deseado.

Responsable
como el terrorista
que arma la bomba

Centrado
como la línea llana
del electrocardiograma del fiambre.

Trabajador
como el que cava la zanja
para deshacerse del cadáver

Previsor
como quien reserva
la última bala para sí.

Anda sé buena déjame permíteme
bésame acércate más.
Me harás

feliz
como quien obtiene al fin la muerte
reiteradamente implorada durante prolongado tormento.

Sergi Puertas.


Trademark (Notoriously hurtful to others remix by D.J. Wormboy, 242 bpm)

Merece la pena caer.
Solamente brazos cobardes
siguen abrazando al peñasco
cuando el peñasco hiere.
La caída y posterior escalada...
Sentir el fondo bajo las botas
y anticiparse en sueños al tacto de la cornisa.

Abrir las manos soltarse
ascender tullido sanar tarde o temprano
para caer de nuevo que más da:
Vivir.

Sergi Puertas.

Crecer.

Hasta determinada edad crecí
hacia arriba.

Al alcanzar metro noventa
cambié de estrategia:

Desde entonces crezco hacia adentro
huyendo del propio yo
y de un entorno y semejantes
que me son hostiles.

Tanto habré crecido desde entonces
que cuando me corto para mirar si
aún allí sigo
no atino a verme.

Mas ahí sigo: O así lo creo.
Pues el líquido rojo que brota
bien pudieran ser las lágrimas
acumuladas vertidas por ese yo
que en cuclillas aguarda
a que pasen los malos tiempos
en el fondo del túnel
por él mismo excavado.

Sergi Puertas.

Meta.


Los pentagramas:
Trazar afinar interpretar modular
Y ya casi lo tengo...
No no no no no no no
Dudar replantear finalmente descartar.
Mejor así.

Las palabras:
Introspeccionar deducir imaginar escribir
Y ya casi lo tengo...
No no no no no no no
Dudar reordenar finalmente desechar.
Mejor así.

El amor:
Encapricharse fascinarse implicarse sucumbir
Y ya casi lo tengo...
No no no no no no no
Reflexionar racionalizar finalmente desengañarse.
Mejor así.

Cualquier meta:
Plantear interesarse planificar trabajar
y a un paso de alcanzarla
finalmente desistir, aniquilarla de raíz
antes de que su consecución
-y segura decepción y posterior vacio-
nos aniquile a nosotros.
Mejor así.

Sergi Puertas.

Inmortalidad.


El hecho de evitar
llenar la propia juventud de
ilusiones descabelladas
desesperación absoluta
alcohol
mujeres
drogas
demencia
garantiza la inmortalidad.

Es esta
una inmortalidad
absoluta e irreversible.

Pues
necesario es para morir
haber vivido previamente.

Sergi Puertas.

Así funciona.


Si supieras
lo que pasa por mi cabeza, me amarías.
Si lo dijera, huirías.
Como lo callo, me ignoras.

Sergi Puertas.

Soporte.


Al no existir soporte físico
capaz de almacenar
un sentimiento un estado de animo un orgasmo

muchos garabateamos un papel
inútilmente.

Sergi Puertas.

Armando Guerrero, Oaxaca, México.