Retorno.

Surgiendo del alquitrán y de la oscuridad
y de los obstáculos indecibles,
levantándote de nuevo igual que un extravagante
Lázaro,*
la fuerza de tu suerte
te deja pasmado.
en algún lugar y por alguna razón posees una dosis
extra de durabilidad.
acéptala.
la aceptas. la aceptas.
ves en el espejo
del cuarto de baño
una sonrisa de idiota.
conoces la suerte.
alguna se pierde y nunca más aparece.
algo está portándose bien contigo.
le das la espalda al espejo y regresas y entras en el
mundo.
encuentras una silla, te sientas, enciendes un puro.
de regreso de miles de guerras
observas desde una ventana abierta la
noche.
suena Sibelius en tu radio.
nada se ha destruido.
echas el humo a la noche negra,
te frotas detrás de la oreja izquierda con un
dedo.
cariño, ahora mismo lo tienes
todo.


Charles Bukowski.

*Lázaro de Betania, amigo de Jesucristo, que éste resucita tras llegar tarde a su entierro.

Armando Guerrero, Oaxaca, México.