Experimentar
auténtico dolor
es
algo
duro
sobre lo que escribir,
imposible
de entender
mientras
estás en sus garras;
estás
acojonado *
a no poder
más,
no puedes
quedarte quieto,
moverte
ni siquiera
volverte
loco
como es debido.
y luego
cuando
por fin
recuperas
el aplomo
y eres
capaz de
evaluar
la
experiencia
es casi como
si le
hubiera ocurrido
a
otra
persona
porque
fíjate en
ti
ahora:
tranquilo
indiferente
limpiándote
las uñas
pongamos por caso
buscando
sellos
en
un
cajón
boleandote
los
zapatos
o
pagando
una
factura
de la luz.
la vida es
y no es
un
dulce
coñazo.
Charles Bukowski.
* Acojonado
1. m. vulg. Cagado de miedo.
* Coñazo.
1. m. coloq. Persona o cosa latosa, insoportable.
2. m. vulg. Ven. Golpe fuerte.
Claro.
Según la investigación científica
más reciente
hace falta 325 años para que
reviente la última
neurona.
ahora caigo en la cuenta de que
la mayoría de las chicas
que conocí en bares
y me traje a casa
mentían acerca
de su
edad.
Charles Bukowski.
más reciente
hace falta 325 años para que
reviente la última
neurona.
ahora caigo en la cuenta de que
la mayoría de las chicas
que conocí en bares
y me traje a casa
mentían acerca
de su
edad.
Charles Bukowski.
Los zapatos de Jane.
Mis zapatos en el armario cual lirios
olvidados,
mis zapatos solos ahora mismo,
cual perros paseando por avenidas muertas,
y recibí una carta de una
mujer en un hospital,
amor, dice, amor,
pero no le respondo,
no me entiendo,
me envía fotografías de
sí misma
tomadas en el hospital
y la recuerdo otras
noches,
en que no estaba muriendo,
los zapatos con tacones como dagas
al lado de los mios
en el armario;
cómo nos mentían
aquellas noches intensas,
cómo aquellas noches se tornaron tranquilas
al final,
mis zapatos solos en el armario ahora
sobrevolados por abrigos e
incómodas camisas,
y miró la ranura que
deja la puerta
y las paredes, y no
le
respondo.
Charles Bukowski.
olvidados,
mis zapatos solos ahora mismo,
cual perros paseando por avenidas muertas,
y recibí una carta de una
mujer en un hospital,
amor, dice, amor,
pero no le respondo,
no me entiendo,
me envía fotografías de
sí misma
tomadas en el hospital
y la recuerdo otras
noches,
en que no estaba muriendo,
los zapatos con tacones como dagas
al lado de los mios
en el armario;
cómo nos mentían
aquellas noches intensas,
cómo aquellas noches se tornaron tranquilas
al final,
mis zapatos solos en el armario ahora
sobrevolados por abrigos e
incómodas camisas,
y miró la ranura que
deja la puerta
y las paredes, y no
le
respondo.
Charles Bukowski.
¿A quién le hace falta?
¿Ves este poema?
lo he escrito
sin beber.
no me hace falta beber
para escribir.
puedo escribir sin
beber.
eso dice mi mujer.
yo digo que es posible.
no estoy bebiendo
y escribo.
¿ves este poema?
lo
he escrito sin beber.
¿a quién le hace falta un trago ahora?
es probable que al lector.
Charles Bukowski.
lo he escrito
sin beber.
no me hace falta beber
para escribir.
puedo escribir sin
beber.
eso dice mi mujer.
yo digo que es posible.
no estoy bebiendo
y escribo.
¿ves este poema?
lo
he escrito sin beber.
¿a quién le hace falta un trago ahora?
es probable que al lector.
Charles Bukowski.
Nadie sino tú.
Nadie puede salvarte sino
tú mismo.
te verás una y otra vez
en situaciones
casi imposibles.
intentarán una y otra vez
por medio de subterfugios, engaños o
por la fuerza
que renuncies, te des por vencido y/o mueras lentamente
por dentro.
nadie puede salvarte sino
tú mismo
y será muy fácil desfallecer,
pero muy fácil,
pero no desfallezcas, no, no.
limítate a mirarlos.
escucharlos.
¿quieres ser así?
¿un ser sin cara, sin mente,
sin corazón?
¿quieres experimentar
la muerte antes de la muerte?
nadie puede salvarte sino
tú mismo
y mereces salvarte.
no es una guerra fácil de ganar
pero si algo merece la pena ganar,
es esto.
piénsalo.
piensa en salvarte a ti mismo.
tu parte espiritual.
la parte de tus entrañas.
tu parte mágica y ebria.
sálvala.
no te unas a los muertos de espíritu.
mantente
con buen talante y garbo
y al cabo,
si fuera necesario,
apuesta tu vida en plena refriega,
al carajo las probabilidades, al carajo
el precio.
nadie puede salvarte sino
tú mismo.
¡Hazlo! ¡sálvate!
entonces sabrás exactamente de
qué hablo.
Charles Bukowski.
tú mismo.
te verás una y otra vez
en situaciones
casi imposibles.
intentarán una y otra vez
por medio de subterfugios, engaños o
por la fuerza
que renuncies, te des por vencido y/o mueras lentamente
por dentro.
nadie puede salvarte sino
tú mismo
y será muy fácil desfallecer,
pero muy fácil,
pero no desfallezcas, no, no.
limítate a mirarlos.
escucharlos.
¿quieres ser así?
¿un ser sin cara, sin mente,
sin corazón?
¿quieres experimentar
la muerte antes de la muerte?
nadie puede salvarte sino
tú mismo
y mereces salvarte.
no es una guerra fácil de ganar
pero si algo merece la pena ganar,
es esto.
piénsalo.
piensa en salvarte a ti mismo.
tu parte espiritual.
la parte de tus entrañas.
tu parte mágica y ebria.
sálvala.
no te unas a los muertos de espíritu.
mantente
con buen talante y garbo
y al cabo,
si fuera necesario,
apuesta tu vida en plena refriega,
al carajo las probabilidades, al carajo
el precio.
nadie puede salvarte sino
tú mismo.
¡Hazlo! ¡sálvate!
entonces sabrás exactamente de
qué hablo.
Charles Bukowski.
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