Cuando de pronto cobro infinita consciencia
de la cárcel de la vida
en donde los días transcurren lentos veloces los años
y repentinamente no puedo ya sentir otro deseo que el de
emborracharme a muerte quitarme de en medio
ella siempre asoma por mi teléfono mis habitaciones
me saca de paseo pronuncia las palabras mágicas
me doma con cigarrillos y decreta una hora límite en la que
inconmovible a mi refunfuñar -solo una copa más pido y me es negada-
me manda a dormir cuidando de que no me haga demasiado daño.
Ella es mi psicoanalista mi guía mi sabia mi filántropa mi musa
mi proveedora de Marlboro light vino rosado atisbos de paz
y cuando escucho sus tacones subir la escalera
y su hola retumba por todo el pasillo
de pronto ya no cabe la menor duda:
todo va a ir bien.
Margarita este poema es para ti
y tampoco se como terminarlo.
Sergi Puertas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario