Nada queda de nada. Nada somos
Un poco al sol y al aire demoramos
la irrespirable tiniebla que nos pese
de la húmeda tierra impuesta,
cadáveres aplazados que procrean.
Leyes hechas, estatuas altas, acabadas odas:
todo tiene su tumba. Si nosotros, carnes
a que un íntimo sol da sangre, tenemos
poniente, ¿por qué no ellas?
Somos cuentos contando cuentos, nada.
Ricardo Reis.