Enséñame,
rehazme
a fondo,
avívame
como quien enciende un fuego.
Rafael Cadenas.
¿Será sólida el alma, como el hierro?
¿O delicada y frágil, como alas
de polilla en el pico del búho?
¿Quién tiene alma y quién no?
Me la paso mirando.
La cara del alce tiene la misma tristeza
que la cara de Jesús.
El cisne despliega lentamente sus alas blancas.
En el otoño, el oso negro lleva hojas a la oscuridad.
Una pregunta lleva a la siguiente.
¿Tendrá forma? ¿Como de iceberg?
¿Como de ojo de colibrí?
¿Tendrá un solo pulmón, como las víboras y las vieiras?
¿Por qué tendría que tener alma yo, y no la osa hormiguera
que ama a sus crías?
¿Por qué yo, y no el camello?
Si me pongo a pensar: ¿y los arces?
¿Y los lirios azules?
¿Y las piedritas, tiradas por ahí solas, a la luz de la luna?
¿Y las rosas, y los limones, y sus hojas relucientes?
¿Y el pasto?
Mary Oliver.