La noche que estuve a punto de morir.

La noche en que estuve a punto de morir
yo estaba sudando en la cama
y podía oír los grillos
y una pelea de gallos afuera
y podía sentir como mi alma se desprendía y
atravesaba el colchón.
Y justo antes de que tocara el suelo me levanté de un salto,
estaba tan débil que casi no podía andar
pero caminé de un lado a otro y encendí todas las luces,
después regresé a la cama.
y otra vez mi alma se desprendió y atravesó el colchón
y me levanté de un salto,
justo antes de que tocase el suelo
caminé de un lado a otro y prendí todas las luces
y después volví a la cama
y otra vez se desprendió y
yo me levanté
y prendí todas las luces.
Yo tenía una hija de 7 años
y estaba seguro de que ella no quería que muriese
sino, no me hubiese
importado.
Pero durante toda aquella noche
nadie llamó por teléfono,
nadie vino a verme con una cerveza,
mi novia no llamó.
Todo lo que podía oír eran grillos y hacía
calor.
Y seguí entregado al asunto
levantándome y acostándome
hasta que el primer rayo de sol entró por la ventana
a través de los arbustos
y entonces me metí en la cama
y el alma se quedó
dentro por fin
y me dormí.
Ahora la gente viene a verme
llaman a mi puerta y ventanas
el teléfono suena
el teléfono suena una y otra vez
recibo cartas fantásticas por correo
cartas de odio y cartas de amor.
Todo vuelve a ser igual.

Charles Bukowski.

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Armando Guerrero, Oaxaca, México.