En los servicios del
hipódromo
un crío de unos
7 u 8 años
salió de un cubículo
y el tipo
que le esperaba
(probablemente su
padre)
le preguntó:
--¿qué has hecho con el
formulario de apuestas?
te lo he dado para que
lo guardaras.
--¡no -- dijo el crío--, no
lo he visto! ¡no
lo tengo!
se marcharon y
entré en el cubículo
porque era el único
disponible
y allí
en el retrete
estaba el
formulario.
tiré de la cadena
para que se fuera
por el desagüe
pero siguió flotando
en un amasijo indolente
y
allí se quedó.
salí de
allí y encontré
otro
cubículo vacío.
ese crío estaba listo
para que su vida diera comienzo.
sin duda
tendría gran éxito
el capullo
embustero.
Charles Bukowski.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario