Los soldados marchan sin armas
las tumbas están vacías
en la lluvia se deslizan pavorreales
bajando escaleras
marchan sonrientes hombres grandiosos
hay suficiente comida y suficiente dinero para la renta
y tiempo suficiente
nuestras mujeres no se harán viejas
no llegaré a viejo
los vagabundos usan diamantes en sus dedos
Hitler saluda de mano a los judíos
el cielo huele a carne quemada
soy una cortina incendiándose
soy agua evaporándose
soy una víbora soy la orilla de un vaso que corta
soy sangre
soy este caracol ferviente
que se arrastra a casa.
Charles Bukowski.
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