El cuaderno de las resignaciones
Tal vez otro día me hubiera puesto a dormir
pero cada quien sabe cómo se olvida un suplicio
cada uno sabe como sobrellevar
la máscara que cae al suelo y se destroza
me ha dolido el cuerpo de pronto
como si toda la vejez del mundo se me juntara
no quise ver el cielo y sus funerales
no escuchar músicos con sus demonios dentro
me quedé esperando nada más
a ver si el tiempo se hundía por sí solo
lúgubre luz de las resignaciones
rendija de la pérdida y la salvación
no me dormí ni apague la lámpara
porque el mundo debe vivirse con todas sus piedras y abismos
hay un principio en el calabozo de la noche
pero lo hay también al quedarse quieto
los ojos están aquí y en todas partes igual al péndulo
- ese agujero que se traga a la vida -
unos y otros
como los hombres
como las historias que cuentan al hombre
y que los hombres cuentan a sus descendientes
no me dormí ni apagué la lámpara
para decir que había vivido.
Miguel Ángel Ortiz.
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