Cuadernos de Patología humana


En el momento exacto
de su muerte

pude llamar a una ambulancia y me detuve,
pude salir corriendo y me quedé,
pude acariciar su frente y preferí su mano,
pude llorar y permanecí serio,
pude decirlo todo y callé.

En el momento exacto en que mi padre murió
no pensé en nada más que en su muerte

sucediendo frente a mí.

 

Orlando Mondragón.

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Armando Guerrero, Oaxaca, México.