Cuadernos de Patología humana


En el momento exacto
de su muerte

pude llamar a una ambulancia y me detuve,
pude salir corriendo y me quedé,
pude acariciar su frente y preferí su mano,
pude llorar y permanecí serio,
pude decirlo todo y callé.

En el momento exacto en que mi padre murió
no pensé en nada más que en su muerte

sucediendo frente a mí.

 

Orlando Mondragón.

Epicedio al padre, III


Desearía regalarle a mi padre
un hijo que no esté roto.
Un hijo
sin defectos de fábrica,
con piezas de repuesto para sus enojos,
hábil con los balones o las distancias.
Un hijo que pueda presentarles
una muchacha hermosa en la cena,
sin esta cruz de soledades en la espalda.
Un hijo pared
en el que pueda apoyarse sin miedo.
Un hijo bonsái
que crezca bajo su sombra.
Un hijo gato que no pierda el camino a casa.
Un hijo con todos los ladrillos que planeaste, papá.
No este hijo de papel,
no este hijo de vidrio
que se corta con sus propios bordes. 

 

Orlando Mondragón.


*Epicedio: Composición poética en que se llora y alaba a una persona muerta.

Para que yo me llame Ángel González


Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que ves aquí,
tan solo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...



Ángel González.

NO ME QUIERO PERDER


No me quiero perder un solo hilo
del suntuoso brocado de esta felicidad.
Quiero acordarme de todo.
Por eso estoy acá, acostado, despierto,
con sueño pero no para dormirme.
Me visita un recuerdo de hace años:
la luz cuando amanece, el gesto dulce
y hábil de tu mano
que me busca.

 

Mary Oliver.

A VECES CON ALGUIEN QUE AMO


A veces con alguien que amo me lleno de rabia, por miedo a que mi amor no
sea correspondido;
pero ahora no creo que haya amores no correspondidos: siempre te pagan
algo, de una forma u otra;
(amé a cierta persona con ardor, pero mi amor no fue correspondido;
pero con eso yo compuse estas canciones.)


Walt Whitman.

Armando Guerrero, Oaxaca, México.