En el momento exacto
de su muerte
pude llamar a una ambulancia y me detuve,
pude salir corriendo y me quedé,
pude acariciar su frente y preferí su mano,
pude llorar y permanecí serio,
pude decirlo todo y callé.
En el momento exacto en que mi padre murió
no pensé en nada más que en su muerte
sucediendo frente a mí.
Orlando Mondragón.