NOCHE DE DICIEMBRE, 72


Aquí llego yo, el hombre invisible, tal vez empleado

en una gran Memoria para vivir justo ahora. Y paso en coche


ante la blanca iglesia cerrada — dentro hay un santo de madera

sonriente, desamparado, como si le hubiesen quitado las gafas


Está solo. Todo lo demás es ahora, ahora, ahora. La ley de la gravedad que nos empuja

a ir al trabajo por el día y a la cama por la noche. La guerra.



Tomas Tranströmer.

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Armando Guerrero, Oaxaca, México.