Amigos en la obscuridad.

Puedo recordar morirme de hambre
en una habitación pequeña de una ciudad extraña
las sombras habían caído, escuchando
música clásica
era joven era tan joven duele como un cuchillo
clavado
porque no había alternativa excepto esconderse tanto
como fuera posible--
no con autocompasión sino con consternación ante mi limitada posibilidad:
intentando conectarme.

los viejos compositores -- Mozart, Bach, Beethoven,
Brahms fueron los únicos que me hablaban
y ellos estaban muertos.

finalmente, muerto de hambre y vencido, tuve que salir a
las calles para ser entrevistado para trabajos
mal pagados
y monótonos
por hombres extraños tras escritorios
hombres sin ojos hombres sin rostros
que se llevarían mis horas
las romperían
se mearían sobre ellas.

ahora trabajo para los editores los lectores
los críticos

pero haraganeo y bebo con
Mozart, Bach, Brahms y los
Bee
algunos amigos
algunos hombres
a veces todos necesitamos ser capaces de continuar solos
son los muertos
haciendo vibrar
los muros que nos rodean.

Charles Bukowski.

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Armando Guerrero, Oaxaca, México.