Tras la muerte
exageramos las buenas cualidades de una persona,
las inflamos.
en vida
a menudo nos repele esa misma persona
mientras hablamos con ellos por teléfono
o sencillamente al estar en la misma habitación.
y a menudo nos mostramos críticos con su manera de
caminar, hablar, vestirse
vivir
creer
pero que se mueran,
a ver en qué criaturas se convierten
entonces.
ojalá en algún funeral
alguien dijera:
“¡qué tipo tan odioso
era!”.
incluso en mi funeral
que haya un poquito de verdad,
y luego la buena tierra
limpia.
Charles Bukowski.
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