Sobre padres y agua hirviendo.

 

Papá se evaporó como el rocío en diciembre.
A veces la tristeza todavía me baila por las manos.

Estoy juntando lágrimas para el día
en que me vuelva lluvia.

Hago de cuenta que él habría mirado
mi cuerpo abierto & habría dicho qué hermoso.

Ya sé que no; me engaño,
mareado por el vapor & la esperanza desesperada.

El estómago se ríe de mí,
las costillas chillan de hambre.
“No sean crueles, por favor cállense”.

Estoy seguro de que no hay imperfecciones en el cielo;
el maná es sin azúcar &
tienen hijos heterosexuales &
asan perfectamente el pescado &

seguro que él ya se olvidó de mí.
Debería aprender a resignarme,

pero no puedo evitar pensar
que debería haberle preparado una cajita con sal
& mi verdad & agua de lluvia

para la buena suerte. Para despedirme.
Para siempre.



Logan February.

NOCHE DE DICIEMBRE, 72


Aquí llego yo, el hombre invisible, tal vez empleado

en una gran Memoria para vivir justo ahora. Y paso en coche


ante la blanca iglesia cerrada — dentro hay un santo de madera

sonriente, desamparado, como si le hubiesen quitado las gafas


Está solo. Todo lo demás es ahora, ahora, ahora. La ley de la gravedad que nos empuja

a ir al trabajo por el día y a la cama por la noche. La guerra.



Tomas Tranströmer.

LA ESPERANZA ES UN CAJÓN DE ABEJAS


Cruzo los dedos quebrados para pedir un deseo:
que las ramas de los árboles me protejan de los dragones

y del mal. Pululan escarabajos por el sillón.
Mi terapeuta dice que la palabra es “trauma”.

Un pájaro caído se hace humo.
Yo revuelvo el azúcar de mi té, parado en la mitad

del vendaval de hojas secas. Espero que
papá me esté esperando donde termina el bosque 

pero ya sé que él no existe más.
Me llueven las pastillas que me recetaron.


Logan February.

26


Me levanté con las luces del día,
como de niño cuando había viaje en casa.
Sobre mis huellas volaban aves
llenas de sol,
llovizna,
viento.
Resonaron las costas por última vez, me acostumbré
      a caminar sin ella y con la sal perdida
construí una torre
                        llameante.



Rafael Cadenas.

24


Los ojos inocentes reconquistan territorios perdidos.

 

Rafael Cadenas.

Qué camino difícil

 

Qué camino difícil

atravesar la noche, el día,

el bien, el mal,

el silencio,

el tumulto,

el odio,

la rabia,

el amor,

el amor.

 

Abbas Kiarostami.

PARA SIEMPRE


A tientas en una nube de humo,
sigo la raya que en el suelo del jardín deja un caracol
hasta el muro de piedra.
Al final, de cuclillas, me fijo

en lo que hay que hacer y, de repente,
me adhiero a la piedra húmeda.
Empiezo a mirar lentamente alrededor
y a escuchar, utilizando para ello

mi cuerpo entero como el caracol
utiliza el suyo, relajado, pero alerta.
¡Atención! Esta noche es un hito
en mi vida. Después de esta noche,

¿cómo podré volver a mi
vida anterior? Mantengo los ojos fijos
en las estrellas, les hago señales
con mis antenas. Bien sujeto

durante horas, descansando sin más.
Más tarde, la pena comienza
a gotear en mi corazón.
Recuerdo que mi padre está muerto,

y que me voy a ir pronto
de esta ciudad. Para siempre.
Adiós, hijo, dice mi padre.
Casi al amanecer, bajo

y deambulo hacia casa.
Todavía están esperándome,
el espanto aletea en sus rostros
al encontrarse con mis nuevos ojos por primera vez.



Raymond Carver.

RECONOCIMIENTO


    Me veo frente a este paisaje parecido al que protejo.
    No soy el mismo. Debo comprenderlo de una vez.
He de encajar en mi molde.

    He acechado la aceptación súbita de mi realidad.
    Despedí la poesía que se cuelga de los brazos.
    Incendié los testimonios falaces.
    Adopté la forma directa.

   Una convergencia prospera en mí.

   Abandono mi caminar intrincado. Me dilato en
vastedades blancas. Sirvo en silencio a un solo rey.

   Con huesos de ave violento los espacios cerrados.

   He sentido ráfagas de otra región sin culpa.

   Me hago a la lentitud, al gesto consciente, al rumor
del desierto.

 

Rafael Cadenas.

YOU


Tú apareces,
tú te desnudas,
tú entras en la luz,  
tú despiertas los colores,  
tú coronas las aguas,  
tú comienzas a recorrer el tiempo como un licor,  
tú rematas la más cegadora de las orillas,  
tú predices si el mundo seguirá o va a caer,  
tú conjuras la tierra para que acompase su ritmo a tu lentitud de lava,  
tú reinas en el centro de esta conflagración  
y del primero  
al séptimo día  
tu cuerpo es un arrogante 
                                        palacio  
donde vive  
                 el   
                    temblor.

 

 Rafael Cadenas.

CARA A CARA


En febrero lo vivo estaba inmóvil.
Los pájaros preferían no volar y el alma
roía en el paisaje como un barco
roza en el muelle al cual está amarrado.

Los árboles nos daban la espalda.
La altura de la nieve se medía con juncos.
Envejecían las huellas de pasos sobre el hielo.
Se derretía el lenguaje bajo un toldo.

Algo llegó hasta la ventana un día.
Se detuvo el trabajo, yo levanté la vista.
Los colores ardían. Todo se dio la vuelta.
El mundo y yo dimos un salto el uno hacia el otro.


Tomas Tranströmer.

Armando Guerrero, Oaxaca, México.