[VENGO DE UN REINO EXTRAÑO...]


Vengo de un reino extraño,
vengo de una isla iluminada,
vengo de los ojos de una mujer.
Desciendo por el día, pesadamente.
Música perdida me acompaña.
Una pupila
cargadora de frutos
abandonados
se adentra
en lo que ve.
Mi fortaleza,
mi última línea,
mi frontera con el vacío
ha caído hoy.

Música entregada en el desastre.
Mis manos han sentido crecimientos puros.
El amor ya no avanza ahogándose en preguntas.

Claridad sin quimera se insinúa, lenta.


Rafael Cadenas.

TAO TE KING, LVI


El que sabe, no habla.
El que habla, no sabe.

Cierra la boca,
baja la persiana.
Desafila su filo,
suelta sus ataduras,
atenúa su brillo
y se hace uno con su propio polvo.

No le importan ni el odio ni el amor,
ni el lucro ni las pérdidas;
no escucha los elogios ni las burlas.
Por eso lo respeta todo el mundo.

 

Lao - Tse.

TAO TE KING, II


Que todo el mundo sepa lo que es bello
es fealdad.

Que todo el mundo sepa lo que es bueno:
eso es el mal.

Ser y no ser no son incompatibles.

Lo difícil es fácil si es difícil.

Si es largo, es corto; y cuando es bajo, es alto.

La voz siempre es concierto; el después, antes.

“Saber” no es anunciar que se está haciendo.

Es desear lo que llega cuando llegue:
desear sin poseer, actuar sin culpa.

Hacer las cosas y dejarlas ir,
porque el dejarse ir las vuelve cosas.

 

Lao - Tse.

El cuaderno de las resignaciones


Tal vez otro día me hubiera puesto a dormir
pero cada quien sabe cómo se olvida un suplicio

cada uno sabe como sobrellevar
la máscara que cae al suelo y se destroza

me ha dolido el cuerpo de pronto
como si toda la vejez del mundo se me juntara

no quise ver el cielo y sus funerales
no escuchar músicos con sus demonios dentro

me quedé esperando nada más
a ver si el tiempo se hundía por sí solo

lúgubre luz de las resignaciones
rendija de la pérdida y la salvación

no me dormí ni apague la lámpara
porque el mundo debe vivirse con todas sus piedras y abismos

hay un principio en el calabozo de la noche
pero lo hay también al quedarse quieto

los ojos están aquí y en todas partes igual al péndulo
- ese agujero que se traga a la vida -

unos y otros
como los hombres

como las historias que cuentan al hombre
y que los hombres cuentan a sus descendientes

no me dormí ni apagué la lámpara
para decir que había vivido.


Miguel Ángel Ortiz.

Cuadernos de Patología humana


En el momento exacto
de su muerte

pude llamar a una ambulancia y me detuve,
pude salir corriendo y me quedé,
pude acariciar su frente y preferí su mano,
pude llorar y permanecí serio,
pude decirlo todo y callé.

En el momento exacto en que mi padre murió
no pensé en nada más que en su muerte

sucediendo frente a mí.

 

Orlando Mondragón.

Epicedio al padre, III


Desearía regalarle a mi padre
un hijo que no esté roto.
Un hijo
sin defectos de fábrica,
con piezas de repuesto para sus enojos,
hábil con los balones o las distancias.
Un hijo que pueda presentarles
una muchacha hermosa en la cena,
sin esta cruz de soledades en la espalda.
Un hijo pared
en el que pueda apoyarse sin miedo.
Un hijo bonsái
que crezca bajo su sombra.
Un hijo gato que no pierda el camino a casa.
Un hijo con todos los ladrillos que planeaste, papá.
No este hijo de papel,
no este hijo de vidrio
que se corta con sus propios bordes. 

 

Orlando Mondragón.


*Epicedio: Composición poética en que se llora y alaba a una persona muerta.

Para que yo me llame Ángel González


Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que ves aquí,
tan solo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...



Ángel González.

NO ME QUIERO PERDER


No me quiero perder un solo hilo
del suntuoso brocado de esta felicidad.
Quiero acordarme de todo.
Por eso estoy acá, acostado, despierto,
con sueño pero no para dormirme.
Me visita un recuerdo de hace años:
la luz cuando amanece, el gesto dulce
y hábil de tu mano
que me busca.

 

Mary Oliver.

A VECES CON ALGUIEN QUE AMO


A veces con alguien que amo me lleno de rabia, por miedo a que mi amor no
sea correspondido;
pero ahora no creo que haya amores no correspondidos: siempre te pagan
algo, de una forma u otra;
(amé a cierta persona con ardor, pero mi amor no fue correspondido;
pero con eso yo compuse estas canciones.)


Walt Whitman.

TAO TE KING, LXXXI


Hablar con la verdad no siempre es lindo.
Hablar lindo no siempre es la verdad.

La gente buena rara vez discute:
casi nunca es bueno discutir.

El erudito rara vez es sabio;
el sabio casi nunca es erudito.

Al sabio no le gusta acumular:
se hace más rico cuanto más se entrega.

El camino del cielo es sin herida;
y el camino del sabio, sin esfuerzo.

 

Lao - Tse.

ANIMAL FANTÁSTICO


Un brazo nada más no es cosa mala
si ves que el otro se convierte en ala.

Y para qué dos pies, no es cosa buena,
si a cuatro viva el alma suena.

Tener mil pares de ojos para ver.
te– ver-te– ver– te– ver.

Y dos espaldas para tanta gente
que sueña, pero sigue la corriente.


Gabriel Zaid.

TAO TE KING, XXIV


En puntitas de pie no se está firme
ni con grandes zancadas se camina.

No es lo mismo brillar que darse lustre:
la basura al costado del camino.

 

 Lao - Tse.

PODRÍA, PUEDO, DEBO


Si me explicas por qué el pantano no
se puede atravesar, entonces yo
encantada te cuento
que creo que lo cruzo si lo intento.

 

Marianne Moore.

ESTO ES LO QUE TENGO HOY


Esto es lo que tengo hoy –
y también mi corazón –
Esto, el corazón, los campos –
y los anchurosos prados –

Tú cuenta – por si me olvido
para saber cuánto suma –
Esto, el corazón y todas
las abejas de los tréboles.

 

Emily Dickinson.

DETALLE DEL BOSQUE

 
Me puse a mirar todos esos árboles sin saber qué hacer.

Una caja de hojas.
¿Qué más había en el bosque? Un corazón, a punto de cerrarse. De todos
modos.

Todo el mundo precisa de un lugar. No tiene por qué ser dentro de otra
persona.
Yo seguía pensando en la luna. Luna Fría, Luna de las Noches Largas.

Del paisaje: una sensación de escala.
De los muertos: una sensación de escala.

Le di la espalda a la trama. Una sensación de superioridad.
Todo proyecta su sombra.

En un sueño, tu cuerpo me contó que nunca le tuvo miedo a nada.


Richard Siken.

TAO TE KING, XLV


Lo completo parece defectuoso
y por eso no agota su función.
Lo que se llena siempre está vacío,
y por eso no cumple su función.

Rectitud es saber también torcerse.
La habilidad celebra la torpeza
y la elocuencia es siempre tartamuda.

Cuando hace frío, hay que seguir moviéndose;
si hace calor, hay que quedarse quieto;
para estar en el mundo, tener calma. 

 

Lao - Tse.

TAO TE KING, LXXIX


Después de resolver una disputa,
algo de la disputa siempre queda.
¿Cómo se hace de esto una virtud?
El sabio siempre cumple con su parte
y no reclama nada a los demás.
A quien tiene virtud le importa el pacto;
quien no tiene, reclama lo pactado.
El Camino del cielo es imparcial
y siempre está del lado de los buenos. 

 

Lao - Tse.

TAO TE KING, XL


El camino es un verso, porque vuelve;
y así también el mundo, porque cede.

Todas las cosas son de su existencia;
y, en cambio, la existencia no es de nada. 

 

Lao - Tse.

TAO TE KING, XXII


Lo que está en partes es también un todo,
y si se dobla es porque se endereza.

Lo que se llena es porque está vacío,
y si se gasta es porque se renueva.

Menos es más, pero también es menos:
sabio es quien reconoce la unidad,
y que no existe lustre sin contraste.

¿No era verdad que el todo, como dicen,
era más que la suma de sus partes?

Sí y no: si tiene partes, tiene dueño.



Lao - Tse.

TAO TE KING, XX


Si dejas de tratar de entender todo,
enseguida se acaban los problemas.

¿Qué hay de asentir en ser condescendiente?
¿Y en tener que ser bueno, qué hay de malo?

¿Por qué temer lo que la gente teme?
Tanta elucubración no tiene fin.

La gente se divierte en los feriados,
o cuando sale al parque en primavera.

Yo soy el único que no se inmuta,
un bebé que aún no sabe sonreír.

Me siento desganado, deprimido,
como sin un hogar al que volver.

La gente tiene todo lo que quiere:
yo, un tonto que se queja de su pérdida.

Son tan inteligentes los demás:
yo, un bobo que perdió la lucidez.

La gente está ocupada con sus cosas
y yo siento que estoy a la deriva.

Me siento diferente de los otros:
extraño la comida de mamá.



Lao - Tse.

TAO TE KING, XIX


Basta de hacerte el santo y el sabihondo,
los demás te lo van a agradecer.
Basta de moralina y altruismo,
alcanza con volver a ser amables.
Basta de oportunismo emprendedor
para que no haya más robos ni estafas.
Tampoco te enamores de estas máximas:
mejor la sencillez y la franqueza,
mejor no depender de tus deseos.


Lao - Tse.

TAO TE KING, XII


Demasiados colores te encandilan,
demasiados sonidos te ensordecen,
demasiados sabores te empalagan.

Perseguir y cazar te vuelven loco,
querer atesorar te hace actuar mal.

El sabio ignora el ojo y ve el estómago.

 

Lao - Tse.

EL COMITÉ INTERVIENE

 

Le cuento a mi mamá
que me dieron el Nobel.

¿Otra vez?, me responde.
¿En qué categoría?

Es un jueguito al que jugamos
siempre. Yo hago de cuenta

que soy alguien importante.
Ella, que no está muerta.


Andrea Cohen.

TAO TE KING, XLIV


¿Qué importa más, el nombre o uno mismo?
¿Ser rico o ser? ¿Qué duele más? ¿La pérdida
o la ganancia? Es pérdida el apego
y el ahorro es perderse en el derroche.
Quien está satisfecho no se humilla.
Continúa quien sabe detenerse.

 

Lao - Tse.

TAO TE KING, LXVIII


El mejor capitán no se arrebata.
El mejor peleador nunca es violento.
El mejor ganador jamás compite.
El mejor jefe no se da importancia.
La virtud se declara incompetente:
así se emplea el talento de los otros.
A eso lo llaman obediencia al cielo;
y es, desde siempre, la virtud más alta.


Lao - Tse.

TAO TE KING, XLIII


Lo que cede se impone a lo que no.

Lo inmaterial penetra la materia.

Enseñar sin hablar, hacer sin hechos.


Lao - Tse.


Armando Guerrero, Oaxaca, México.