Quebrado como un plato.


Quebrado como un plato
quebrado de deseos, de nostalgias, de sueños.
Yo soy este que quiere a fulana el día trece de cada mes
y este que llora por la otra y la otra cuando las recuerda.
¡Qué deseo de hembras maduras
y de mujeres tiernas!
Mi brazo derecho quiere una cintura
y mi brazo izquierdo una cabeza.
Mi boca quiere morder y besar y secar lágrimas.
Voy del placer a la ternura
en la casa del loco,
y enciendo veladoras
y quemo mis dedos como copal
y canto con el pecho una ronca canción obscura.
Estoy perdido y quebrado
y no tengo nada ni a nadie,
ni puedo hablar, ni sirve.
Sólo puedo moverme
mientras me cae la ceniza
y me caen piedras y sombras.



Jaime Sabines.

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Armando Guerrero, Oaxaca, México.